Ángel Marín Berral | Graduado Historia del Arte
Salvaguardar nuestros Centros Históricos supone mantener viva la Cultura que a lo largo del tiempo ha ido conformando la sociedad que ha vivido, transformado y recreado dichos espacios. En ellos nos encontramos ante la convergencia de una serie de elementos que podemos distinguir entre tangibles e intangibles, los cuales conforman la identidad cultural de la sociedad que los habita. Esta sociedad hace uso de los espacios que componen dicha extensión, ya sean públicos o privados, mantienen sus costumbres y tradiciones, transmitidas de generación en generación, y formando parte así de un acervo cultural inmaterial que hace que los Centros Históricos sean considerados un Patrimonio vivo, un Patrimonio social.
En las Conclusiones del coloquio sobre la preservación de los Centros Históricos ante el crecimiento de las ciudades, celebrado en 1977, y conocidas como Carta de Quito por el lugar de celebración, dentro del artículo 1º se establece que «los Centros Históricos no sólo son Patrimonio Cultural de la Humanidad, sino que pertenecen en forma particular a todos aquellos sectores sociales que los habitan». Es por ello que no se debe potenciar única y exclusivamente el uso turístico y cultural de los Centros Históricos, sino también las tradicionales funciones del mismo, especialmente la residencial. Además, en este documento se establece que la recuperación de los Centros Históricos debe tener como protagonista de su organización a la ciudadanía que los habita.
La participación ciudadana es muy importante en el establecimiento de estrategias para la conservación de los Centros Históricos, pues son sus habitantes los primeros conocedores de su entorno inmediato, estableciendo una relación cotidiana y cercana con el mismo. Esta premisa suele ir unida al desconocimiento de dichos elementos pues, aunque constituyen parte fundamental de su identidad cultural, no son valorados lo suficiente para que la propia ciudadanía exija a los poderes públicos las inversiones necesarias para el fomento de la conservación de sus bienes culturales, o al ámbito privado la responsabilidad social necesaria para el mismo fin.
Otro pilar primordial es el reconocimiento social del papel del historiador del arte como investigador, intérprete y transmisor de los valores (histórico, artísticos, inmateriales…) que posee el Patrimonio Cultural, y también la figura de los conservadores-restauradores de bienes culturales, necesaria para que la sociedad pueda conocer y percibir dicho Patrimonio en las mejores condiciones posibles. Para el desempeño de ambas funciones es elemental la posesión de una titulación adecuada a la labor a desarrollar, para evitar incorrectas interpretaciones y deficientes intervenciones sobre los bienes culturales. Estos dos perfiles, unidos a un completo equipo multidisciplinar, formado por arquitectos, arqueólogos, documentalistas… conformarían un sobresaliente medio para una correcta conservación de los Centros Históricos.
Para concluir, destacar que el compromiso de crear instrumentos de protección y tutela de los bienes culturales y de planificación y conservación de nuestros Centros Históricos es necesario, además de para conservar los elementos arquitectónicos que los componen, para preservar, recuperar y acrecentar los valores culturales que conforman la identidad de nuestra sociedad.
@AMarinBerral
Muy buena entrada y muy necesaria la reivindicación del papel del historiador del arte en las labores de conservación y difusión del patrimonio de ciudades tan maravillosas como Córdoba, protagonista aquí a través de la bonita vista que muestra la fotografía.
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Impresionantes palabras y argumentación sobre la importancia de la conservación y restauración, así como de la difusión de nuestros bienes materiales e inmateriales para su presente y futuro. Sin dejar de lado el papel de todos los profesionales y de los ciudadanos para pervivir.
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Nunca dejarán de sorprenderme tus palabras y lo bien que suenan. Con personas como tú se puede seguir teniendo una esperanza en el futuro de nuestro patrimonio. Sigue así que llegaras lejos
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Hemos de recordar siempre que, tras nuestra actualidad, hay siglos de historia. Estamos formados por esta y nuestra vida tiene su principal base en ella. Por esa, y otras muchas razones, tenemos el deber de proteger y conservar aquello que nos ha ido llegando desde antiguas culturas y generaciones y conocer la importancia de dar una buena difusión de nuestro patrimonio.
¡Felicitaciones por la entrada!
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